Joven boricua desarrolla app para atender la emergencia del huracán

Sunday 03 de December

Cerca de la medianoche, durante el paso del huracán María, Michael Fernández Frey recibió una espeluznante llamada. Se trataba de un amigo y de un líder comunitario del barrio de Juana Matos, en Cataño. “¡Estamos perdiendo la comunidad!”, gritaba la persona en medio del estruendo del viento y el desastre que se desarrollaba en ese momento.

Tres días antes, y casi sin dormir, Michael y su grupo de trabajo laboraban frenéticamente para terminar de desarrollar la aplicación móvil y la plataforma virtual de Connect Relief, diseñada para levantar el inventario de necesidades de una comunidad luego de un desastre.

Solo horas antes, Michael, quien lleva más de siete años trabajando con las comunidades de Vietnam, Amelia y Sabana de Guaynabo, y Juana Matos y Puente Blanco de Cataño, estaba adiestrando a su liderato comunitario en cómo usar la aplicación. Entre ellos, su amigo.

Al día siguiente, Michael logró llegar a las comunidades y conectar físicamente con su gente. Pero su mente ya estaba en todo Puerto Rico. “Esto está a otro nivel”, dice.

Michael es fundador de Caras de Las Américas, una organización sin fines de lucro que –en su última iteración– busca usar la tecnología como una herramienta para conectar directamente a las comunidades con las organizaciones o individuos que quieren proveer ayuda.

“Es una manera de pasar de la caridad a la transformación. Usar la tecnología para el desarrollo comunitario”, indica el joven graduado del Colegio San Ignacio y con una maestría en Relaciones Internacionales y Desarrollo Comunitario de la Universidad de George Washington, en Washington, D.C.


Michael Fernández Frey creó, junto a su grupo de trabajo, la aplicación Connect Relief. Actualmente, están en la búsqueda de inversionistas para expandir el alcance de la tecnología.

Desde pequeño supo que su vocación era el servicio; lo vio en el ejemplo de sus padres, Iván Fernández, abogado, y su madre, Susan Frey. “Mi vocación de vida es servir a los demás. Eso yo lo entendí muy transparentemente cuando estaba en la escuela superior”.

Creó Connect Relief durante una emergencia en Guatemala, país que había visitado varias veces en sus viajes de servicio comunitario. Fiel a su visión de vida y de trabajo de “darles la voz a los sin voz”, Michael cita varias a veces al asesinado arzobispo de San Salvador, Oscar Romero. La primera versión de Connect Relief le dio voz a la comunidad maya para que fuese la propia comunidad la que dijera cuáles eran sus necesidades luego del paso del huracán Stan en el 2006.

Luego de terminar sus estudios y de intentar lanzar su carrera en desarrollo comunitario en Washington, D.C., Michael regresa en el 2007 a “reencontrarse” con Puerto Rico. Durante sus estudios de leyes en la Universidad de Puerto Rico entra en contacto con el drama de la expropiación de la comunidad Vietnam de Guaynabo/Cataño.

“Ahí aprendí lo que era justicia social y lo que era la justicia en el sistema legal”, dice. Trabajó de cerca con Sor Vicky ya Sor Brenda, monjas legendarias en la comunidad. “Ellas fueron expropiadas. Ahora están en Arecibo”.

Desde entonces, su presencia ha sido constante, consistente y liberadora. A través del programa “Vietnam Estudia”, Caras ha estado dando tutorías a niños y niñas de primero a sexto grado en tres centros distintos, incluyendo en Vietnam cuando las monjas se fueron. Vietnam Estudia empezó en la terraza de Belén, una líder comunitaria que recientemente perdió su techo y todas sus pertenencias. Y justo después de María, abrió allí su cuarto centro para jóvenes de primero a cuarto año en la escuela pública Puente Blanco, que habían cerrado y que fue rescatada.

La idea de Connect Relief nunca la abandonó y no fue hasta que llega a la Fundación Banco Popular y se integra en el 2016 a la Comunidad de Colaboración e Innovación Social que logra conectar con otra organización, Propel BI, habitante también de ese ecosistema que pudo comenzar a desarrollar la nueva versión.

“Se sientan detrás de mí y vieron una presentación que hice. Luego viene un tercero y dice que porqué no se hace un “hackathon” para ver si se podía desarrollar la aplicación”, dice Michael. “Dediqué todo mi tiempo libre para al menos competir. Fui el último que escogieron porque un programador dijo que a las comunidades pobres no se les podía dejar fuera”, recuerda del evento “Hackea por una Causa”, auspiciado por la Fundación Banco Popular en marzo del 2016.

Días antes del huracán María, Michael convenció a la Fundación de invertir $15,000 en un fondo semilla para poner a prueba la aplicación que desarrolló junto a Propel BI. Mientras Irma pasaba, Connect Relief intentaba llegar a las Islas Vírgenes norteamericanas y británicas para lanzar la aplicación.

“Hasta que en las sesiones de trabajo, alguien dijo que se acababa de formar María”, recuerda. Entonces, fue una carrera contra el tiempo para tener la aplicación y el dinero arriba antes de que llegara el huracán.

Hoy en día Connect Relief ha adiestrado a más de 550 voluntarios y un vistazo a la página connectrelief.com demuestra con lujo de detalles dónde se necesita ayuda en las comunidades encuestadas. Además, provee mucha visibilidad de quién está ayudando dónde. Por medio de la aplicación móvil, voluntarios recopilan información acerca de damnificados, refugios, egidas y organizaciones sin fines de lucro. La información luego se publica gratuitamente en el portal conectarecursos.com.

“Es una herramienta de empoderamiento civil, de autogestión” MICHAEL FERNÁNDEZ FREY FUNDADOR DE CARAS DE LAS AMÉRICAS